Soy el mejor colectivero de la zona
Paro o sigo, nada digo, yo decido
Con la velocidad soy imbatible
imprevisible en las frenadas
inimitable en las puteadas
voy rapidísimo o muy lento
según mi humor de ese momento
me juego en las cunetas
desprecio las boletas
Frenar o acelerar
esquivar o adelantar
son siempre en mi camino
como golpes terribles del destino
Si me hablan hago un silencio terco
y trato al pasajero como a un puerco
Las preguntas me molestan
me distraen de mis tareas
Contestar me da pereza
y por eso mis respuestas
son leves movimientos de cabeza
La bocacalle es un campo de batalla
el enemigo cruza
la fiebre de guerrear me empuja
¡ah, si pudiera usar metralla!
Por principio y cuando quiero
trato de hacer el desembarco del pasajero
donde haya un charco traicionero
Algunas veces te paro cerca del cordón
Otras, tomá pa vos chabón
saltá de la vereda, subite como puedas
mandate en catapulta
que yo, total, no pago multa
- Yo nunca me disculpo: sería improcedente
Aunque a veces manejo mal y a los tirones
al pasajero no le doy explicaciones :
es el usuario, es secundario
-
- Si se me ocurre me paro a comprar cigarrillos
a charlar con colegas y amigos,
comentar el partido,
hablar de las gracias del pibe mío
o de las hemorroides de mi tío
|
Con mi voz imponente y bien timbrada
organizo las subidas y bajadas : “Nene dale el asiento a
la señora”... “Descendiendo por la puerta trasera”...
“Córrase al fondo señor”... “Hágame
el favor”... “Vamos que me voy”...
En los asientos no me fijo mucho, total
algunos están muy tapizados
nuevitos y duros, como petrificados
con colores que siempre combinan mal,
otros muy viejos, muy blandos
que se hunden al sentarse
y exigen contorsionarse
para levantarse,
y siempre con algún fierrito traidor
que se te clava en cada bache
¡y aguantáte!
Mi asiento en cambio es el mejor:
una butaca superior,
mullido, reforzado, con resortes,
emplazado a una altura conveniente
me coloca por encima de la gente
y reboto en los baches mansamente
Eso sí : me preocupa la pinta del vehículo.
Lo pinto cuidadosamente
le pongo espejos decorados,
palanca con dado incandescente;
el nombre de mi nene
y el de mi sobrinito
adornos nacarados,
cintas y flecos;
fotitos, fatitos, zapatitos
rosarios, estampitas
el “7” de la suerte
foquitos de colores, oropel
jesús, perón, gardel
la virgen, maradona, ceferino
o algún otro prócer argentino.
Como el mío es el viaje más barato
soy dueño del juego y del tablero
por eso paro y arranco cuando quiero
me duermo o acelero
ignoro el timbre
y reto al pasajero
¿Por qué? Porque soy colectivero
¿Listo? ... ¡¡Cuidado con la puertita por favor!!
|